¿Por qué ver las tetas de una modelo noruega cuando puedes admirar los deltoides de un mocetón luxemburgués?
Un pequeño acto de desagravio para las y los que prefieren ver a sanos, vigorosos y equilibrados caballeros posando en los anuncios de ropa interior masculina. Naturalmente, he recurrido al clásico.
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Que cada uno se ahorque con su propia soga.