9 de octubre de 2005

El derby

El icono fálico

A la larga, estúpida e infantil disputa entablada entre Barcelona y Madrid para demostrar quién la tiene más larga, se ha sumado hace poco un nuevo elemento de debate: Jean Nouvel.

El anexo

El arquitecto francés ha visto inaugurados oficialmente dos proyectos suyos casi simultáneamente, la Torre Agbar en Barcelona, y la ampliación del Museo Reina Sofía en Madrid. Aunque no se pueden comparar, ya que son realidades diferentes (un edificio de nueva planta versus un simple anexo a una estructura ya consolidada), si se puede afilar el lápiz y comentar unas cuantas maldades.

La Torre Agbar y su entorno

No me gusta la Torre Agbar. Y no es que me moleste su concepto fálico. Es que no me convence estilísticamente y la considero una agresión a su tranquilo entorno. Aparatosa, desmedida y más monumental que operativa. Ahora bien, aplaudo la apuesta por un diseño audaz y nada complaciente. Es una propuesta valiente y decidida con aciertos notables: ese novedoso concepto de cambiante iluminación nocturna, y el ingenioso modo de reducir el consumo energético vía sinergias pasivas.

Detalle de la ampliación del Museo Reina Sofía

El nuevo anexo del museo madrileño es correcto y se integra razonablemente bien en el entorno. No demasiado innovador, pero tampoco es demasiado obvio o tópico. Por otra parte, no deja de ser un triste parche a un desangelado y feo edificio que no merece haberse convertido en el Museo que es. Un simple remiendo cicatero y conservador.

Alimentemos ahora la polémica. Un mismo arquitecto, pero dos concepciones radicalmente diferentes como idea motriz de cada una de las actuaciones arquitectónicas: innovación y protagonismo en Barcelona, continuismo y mimetismo en Madrid. Que cada uno saque sus propias conclusiones.

Y no nos olvidemos que otros también tienen pene y quieren exhibirlo impúdicamente.

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