28 de julio de 2006

El sexo vende

Publicidad para Playboy Brasil

1975/2006 . 31 años de Playboy en Brasil

Agencia| Neogama BBH Brasil. [vía]


Publicidad para Umbro

Agencia| Neogama BBH Brasil

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To Face the Truth

Pet Shop Boys - Behaviour

Pet Shop Boys - To Face the Truth


Pet Shop Boys han cometido tres gravísimos pecados: vender muchos discos, ignorar el rock y hacer música para la discoteca. El tipo de errores monstruosos que la intelligentsia no puede perdonar. Así, no tardó en etiquetarlos como un vulgar grupo de música discotequera, apto sólo para el lumpenproletariat.

Sus prejuicios les han impedido valorar la inteligente ironía de las letras, sus interesantes propuestas estéticas, sus vídeos que narran historias poco complacientes, y la solidez y coherencia de una de mejores trayectorias del pop contemporáneo.

Esos mismos prejuicios no les permiten disfrutar de maravillas como ésta, procedente del álbum de 1990 Behaviour.

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27 de julio de 2006

observador

observador

(Del lat. observātor, -ōris).

  1. Que observa. U. t. c. s.
  2. m. y f. Persona que es admitida en congresos, reuniones científicas, literarias, etc., sin ser miembro de pleno derecho.
  3. m. En los primeros tiempos de la aviación militar, tripulante de un vehículo aéreo, auxiliar de navegación y encargado de la exploración y reconocimiento.

Los cuatro observadores militares de la ONU, que murieron en la noche del martes durante los intensos bombardeos israelíes, habrían llamado hasta diez veces en el plazo de seis horas para hacer saber a las fuerzas atacantes que sus vidas corrían peligro al encontrarse en mitad de la línea de fuego. Según un informe preliminar de Naciones Unidas, en cada ocasión, un oficial israelí habría prometido un alto en la ofensiva en la que finalmente sucumbieron los cuatro miembros de UNIFIL, la fuerza de observadores desplegada de forma interina desde hace veintiocho años.

Vía: ABC

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Woodcabin

Saint Etienne - Good Humor

Saint Etienne - Woodcabin

La cantante Sarah Cracknell y los ex-periodistas musicales Bob Stanley y Pete Wiggs comenzaron a cocinar a principios de los 90 un ilustrado y festivo pop electrónico bailable bajo el nombre de Saint Etienne. Estudiosos y devoradores compulsivos de la tradición cultural pop, sus discos están repletos de referencias a ésta. En lo estético y en lo musical. También adoran las corrientes contemporáneas propias de la cultura de club. Del choque de ambos mundos surge el sonido Saint Etienne.

El tema que les presento hoy pertenece a su disco de 1998, Good Humor. Por cierto, que en la cubierta del disco hay unas notas de Douglas Coupland. Sí, ese Coupland.

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26 de julio de 2006

El cambio climático empezó ayer

Un fogonazo.

Una imagen.

Quiero follarme a una tía buena.

Suena el despertador.

Se desnuda y se mete en la ducha. El agua se desliza por su piel con la temperatura justa. Otra vez la imagen. Nota como se le endurecen los pezones. Su mano va al encuentro de su vagina con cierta premura.

Un vaso de leche de soja. Dos tostadas de pan de centeno.

Quiero follarme a una tía buena.

La evidencia empírica de estar casada con un macho alfa de su especie y de ser madre de dos crías hembra gemelas (que ella quería creer que también eran de su especie, aunque a veces lo dudaba) hacían que este pensamiento/imagen recurrente fuera algo inesperado. Aunque como la gente opinaba, y ella también, en esta vida todo era cuestión de perspectiva.

Recordó que varios libros de autoayuda sostenían que los cuarenta era una buena edad para empezar a olvidar ciertas convenciones sociales. Ella tenía 38. A lo mejor es que era un poco precoz. Ahora bien, el asunto no consistía en que alguien quisiera comerse su queso, sino que a ella, de un modo un tanto repentino, le apetecía probar quesos distintos. Cuestión de cabañas ganaderas diferentes.

Decenas de rubias californianas ultrasiliconadas frotaron sus tetas prodigiosas contra su pelvis camino del trabajo. Conducía un SUV lo suficientemente alto y lo suficientemente aparatoso para que llevarse frecuentemente la mano a la entrepierna no supusiera un riesgo para su merecida fama de dama de exquisita elegancia y gustos refinados.

En cuanto se sentó frente al ordenador, abrió el navegador y fue a Google. Era principios de agosto y en la oficina no quedaban ni los becarios. Bueno, estaba aquel chico nuevo que administraba la red local, pero no tenía ni el conocimiento, ni la motivación suficientes para ir más allá de aparentar que hacía algo en todo el día. Además, desde que había aprendido a usar los proxys gratuitos que hay en la Red se sentía segura y ágil, como aquella gacela que ya no teme al león porque sabe que hay otras gacelas más lentas que ella. Tecleó quiero follarme a una tía buena.

El primer resultado era una web de jacas rusas y demás subtipos eslavos, tan rubias como altas, y un tanto anoréxicas, que buscaban varones alfa occidentales para formar familias, o jugar al ajedrez. El segundo resultado era un blog especializado en arte renacentista. El tercero, el blog de un diletante que igual hablaba de vikingos, que de cineastas caboverdianos, o de grupos tibetanos que hacían surf-rock. El cuarto era una web pre-web 2.0 llena de frames, con imágenes de tías desnudas más vistas que el coño de Paris Hilton. El algoritmo de Google ya no es lo que era, pensó decepcionada, mientras cerraba el navegador y abría el Outlook para comprobar las dos cosas que tenía que hacer hoy.

Era mediodia. Estaba aburrida. Tenía hambre. No, tenía gula. Fue al piso de abajo y sacó de la infame máquina una bolsa del producto más alto en colesterol, toxinas y aditivos. Se sorprendió al ver a Berta. Pensaba que estaba ya de vacaciones con ese novio nuevo suyo en alguna isla diminuta de nombre impronunciable. Intercambiaron unos cuantas trivialidades, se rieron con un viejo chiste sobre penes y calibres y cada una volvió a su jaula habitual.

Cuando iba de camino a casa volvió a tener esas imágenes, que ella calificaría de erógenas delante de las amistades, pero que eran, definitivamente, guarras. Guarras, llamemos a las cosas por su nombre. En medio del carrusel de playmates de importación, se distinguió de repente el atractivo rostro y el cuerpazo de Berta. Sólo tenía un año menos que ella, pero parecía mucho más joven. No había parido, se cuidaba, y procuraba cambiar de novio (joven) muy a menudo, por lo que siempre estaba en plena forma. Berta está muy buena. La cabrona, añadió.

La casa estaba vacía y silenciosa. El macho alfa estaba rematando unas cuestiones de trabajo fuera de la ciudad para poder pasar el resto del mes de vacaciones. Las crías hembra estaban con los abuelos en el chalet de la sierra, que ni era un chalet, ni estaba en la sierra, pero diciendo eso se ahorraba un montón de explicaciones ulteriores. Se masturbó concienzuda y despaciosamente mientras se daba la preceptiva ducha del atardecer.

Antes de acostarse navegó un poco. Mientras cenaba, ya había consultado la carpeta del porno del ordenador de su marido, que solían ver los dos juntos en las aburridas tardes de domingo de invierno. Pero no era eso lo que ella buscaba. Predominaba el material de origen Playboy o Private, correctos, pero aburridos. Eran como El Corte Inglés, seguros, pero sin sorpresas. Visitó una web de tías tatuadas, un par de sitios sadomaso, con más cuero que nueces. Hasta se metió en un foro de post-adolescentes amantes del tuning y el fitness y posteó con el nick de Salida_69. Se acostó ante el peligro de acabar en un chat-java de maduritos interesantes.

La mañana siguiente le regaló la secuencia caliente del día anterior. Mientras desayunaba, empezó a sospechar que esto no se solucionaría con un buen par de polvos de su macho alfa. La perspectiva estaba variando, aún no sabía el rumbo final de ese cambio, pero lo que era evidente es que algo se estaba moviendo por ahi dentro.

Escribir 50 veces en una hoja Excel con un tipo Arial 30, negrita, color rojo cereza Quiero follarme a una tía buena no es algo que pase desapercibido en una oficina ni en el mes de agosto. Afortunadamente para ella, la que vio el mensaje inequívoco fue Berta. Sonrió ladinamente y dijo en un tono de voz alto y claro un firme yo también. Las dos mujeres se miraron de un modo que no dejaba demasiados resquicios a la duda. Berta, en un solo y hábil movimiento, recorrió el cuello de su amiga con la uña del dedo índice y desabrochó el primer botón de su blusa. Tardaron diez segundos en llegar al servicio de señoras y cinco en quitarse el sujetador.

Un par de gestiones rápidas en Internet y ya tenían vuelo con destino a Cerdeña esa misma tarde y una habitación en una villa junto al mar. Berta ocupaba un alto puesto directivo en la empresa. Suficientemente alto para justificar su ausencia días antes de las vacaciones oficiales de las dos. Berta estaba muy buena y además era muy operativa.

En un primer momento optó por avisar a su marido de las novedades surgidas con un simple SMS. Pero camino del aeropuerto pensó que esto no sería tan divertido como decírselo de viva voz. Así que le llamó y le informó del nuevo rumbo de los acontecimientos con brutal sinceridad. Él, como ella había previsto, no pasó de unos balbuceos ininteligibles y un par de monosílabos aún menos significativos. Antes de que empezara a rugir, que era la inevitable fase dos por la que pasa el macho alfa de la especie cuando recibe este tipo de noticias, le aclaró que no era algo personal contra él y que ni siquiera estaba segura de que fuera algo definitivo. Que de momento le apetecía tirarse a una tía buena repetidas veces. Nada más. Él sollozó un pocó y ella cortó la comunicación. Era sorprendente comprobar lo sentimental y poco amigo de los cambios que era el macho que le había tocado en suerte, se aventuró a pensar con cierto fastidio. Guardó el móvil en el bolso y besó en el cuello a Berta, gesto que no pasó desapercibido al sudoroso taxista que las llevaba al aeropuerto.

No le sorprendió en absoluto ver en la terminal a un buen número de mujeres de mediana edad, que emigraban en pareja a destinos irreprochablemente meridionales. The call of the wild, razonó, divertida.

La mañana era como la de un anuncio de desodorante. Unas viñas, ya cargadas con sus frutos casi maduros, no muy lejos del balcón. La cinta de un mar publicitaria y convincemente azul. Berta aún dormía. Para ser la primera vez que ambas se acostaban con una mujer, la noche había sido más que prometedora. Tanto que no dudaba en absoluto de que repetirían las operaciones antes y después de cada comida, como recomiendan todos los bromatólogos. Y no descartaba algunos durantes.

La temperatura era suave. El mar estaba en calma. Después de haber escuchado a todos los hombres del tiempo de las diversas cadenas televisivas repetir como un salmo obsesivo aquello de que este verano está siendo muy anómalo, recapacitó sobre el hecho de que quizás pronosticasen algo distinto. Que el tan anunciado cambio climático quizás empezase con sucesos como los que había experimentado ella estos últimos días. Que el deshielo había comenzado cuando unas mujeres habían decidido follarse a otras mujeres. No era más que una hipótesis muy provisional, pero ella ya había empezado a cumplir con su parte de la ecuación.

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Dennis Potter

Pennies from Heaven, the TV series

Dennis Potter fue uno de los grandes nombres de la televisión de calidad. Revolucionó su lenguaje, con su mezcla de realidad, generalmente triste y miserable y la fantasía alegre y onírica de los mundos que describían las canciones populares. Él fue el primero en utilizar el recurso de introducir en medio de la trama una canción y/o un número musical, con los actores simulando cantar el tema. Para Potter esto servía para hacer discurrir la trama, estaba integrado en ella, la hacía crecer, ganar en complejidad dramática. Sus numerosos imitadores posteriores simplemente utilizaron la técnica como un gag, desvirtuándola y banalizándola. Tan sólo hacen falta un Lars Von Trier, o unos productores españoles para destrozar una buena idea.

Pennies from Heaven, the movie

Este hijo de minero que pudo estudiar empezó a trabajar para la BBC a finales de los 50. Sus primeros guiones que tienen cierta repercusión ( Casanova, Brimstone and Treacle ) son polémicos por la crudeza y sinceridad de sus planteamientos, especialmente en materia sexual. Su primer gran éxito popular llega con las tristes desventuras de un vendedor de partituras en la Inglaterra de los 30, que sueña con la vida feliz y maravillosa que describen las canciones que vende. Estamos en 1978 y hablo de Pennies from Heaven [+], protagonizado por el magnífico Bob Hoskins, que salta a la fama con este papel.

En 1981 se adapta al cine, el excelente, triste e incomprendido film del mismo título. La acción se traslada a los Estados Unidos de la Era de la Depresión. El contraste entre la miserable y triste vida de los protagonistas (unos brillantes Martin, Peters y Harper, más la espectacular aparición estelar de Walken) y los lujosos y glamourosos números musicales es tremenda y aporta más sentido a la narración. Potter fue nominado al Óscar por su adaptación del guión de la serie original.

En 1979 obtiene un nuevo triunfo con Blue Remembered Hills, cuyos personajes son niños interpretados por adultos.

The Singing Detective, the TV series

En 1986 se estrena la que es, a mi juicio, su mejor obra The Singing Dectective [+]. Es una pieza de orfebrería argumental, cuyos múltiples planos encajan con precisión milimétrica. Un escritor de novela negra yace inmovilizado en una cama de hospital, debido a un caso extremo de soriasis (enfermedad que atormentó toda su vida al propio Potter). El protagonista mezcla en su enferma mente la trama de su novela, sus recuerdos de infancia y las alucinaciones paranoicas de su alterada realidad. Lo original del planteamiento es que la mayor parte de lo que vemos no sucede en la realidad, sino en la mente del trastornado escritor enfermo.

Potter da una vuelta de tuerca más haciendo que los mismos actores/actrices interpreten a distintos personajes de los diferentes planos citados. Y en un recurso de talento narrativo, hace coincidir a personajes reales e imaginarios en supuestas escenas que el protagonista ve como auténticas. Fue el eficaz y versátil Michael Gambon (que también obtiene por vez primera reconocimiento popular con este papel) quien encarnó al complejo personaje central. La serie también fue adaptada al cine en 2003 en la edulcorada, irregular, muy justa de presupuesto y con un grave defecto de casting (Robert Downey Jr. no tiene el empaque suficiente para dar vida a un detective de la vieja escuela) cinta del mismo título. Ahora bien, el film tiene momentos más que notables y consigue preservar en cierta medida la complejidad argumental y formal de la serie original.

The Singing Detective, the movie

En 1993 Potter firma su última gran obra, Lipstick on Your Collar, o cómo la rutinaria y apacible existencia de unos funcionarios de una oscura oficina de los servicios británicos de Inteligencia es sacudida por la crisis de la Guerra de Suez. En este caso, Potter introduce como elemento disonante éxitos de los primeros tiempos del rock'n'roll, que en ese momento histórico empezaban a golpear la aburrida y acartonada Inglaterra de los 50, con su arrogancia joven y norteamericana. De nuevo, el protagonista de la serie es lanzado al estrellato, en este caso un jovencísimo Ewan McGregor.

Lipstick on Your Collar

Potter murió en 1994 como consecuencia de un cáncer de páncreas e hígado. En una última entrevista concedida a Channel 4 poco antes de su muerte, a pesar de estar prácticamente paralizado por la soriasis, y teniendo que recurrir a ingerir morfina con regularidad para soportar el dolor, Potter afirmaba querer seguir escribiendo hasta el final, y que su único pesar era (en frase que se ha hecho mítica) "morir cuatro páginas antes de lo debido".

Potter, un ejemplo de que inteligencia y televisión son términos que pueden ir en la misma frase.

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Retroglamour

by Kevin Greggain Kevin Greggain

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23 de julio de 2006

Herb Ritts

by Herb Ritts

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Herb Ritts [+]

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Burt y Barbra


Algunos de ustedes quizás ya conozcan mi especial debilidad por Burt Bacharach. Hoy les traigo tres piezas suculentas y deliciosas, el Maestro de Terciopelo y miss Streisand, de la que siempre me interesarán sus discos de los 60 y primeros 70.

Vídeos de Burt Bacharach y Barbra Streisand

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Franck Juery

by Franck Juery

Frank Juery ( [1], [2] ). Fotografía. Francia.

by Franck Juery

Mundos diminutos, oníricos, fascinantes. Juery demuestra que no hace falta un arsenal tecnológico para crear imágenes de una belleza inolvidable, ya que recurre a soluciones low-tech (polaroid, cámara estenopeica, holga). Un poeta visual de lírica turbadora.

by Franck Juery

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Miss Septiembre 2004

Scarlett Keegan Scarlett Keegan. Nacida el 18 de mayo de 1984 en Westlake Village, California (Estados Unidos).

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