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20 de octubre de 2007

Los caminos del horror son inescrutables

"Esta invencible tendencia a hacer el mal por el mal mismo no admitirá análisis o resolución en ulteriores elementos. Es un impulso radical, primitivo, elemental." (Edgar Allan Poe, El demonio de la perversidad)

"Los estandartes del rey de los infiernos avanzan hacia nosotros." (Dante Alighieri, La Divina Comedia, Infierno, Canto 64)


Una ciudad cualquiera de los Estados Unidos. Una ciudad violenta, deshumanizada, inhóspita. Azota la lluvia, una "lluvia eterna, maldita, fría y densa, que cae siempre igualmente copiosa y con la misma fuerza" (La Divina Comedia, Infierno, Canto 6). La policía, en la escena de un crimen, investiga rutinariamente un suceso más. Una pareja ha discutido, uno de los dos muere. ¿Importa realmente quién sea? En la noche, el veterano policía, desesperanzado, intenta abstraerse del disturbio de ruidos violentos que provienen de la calle con la ayuda del tempo lento marcado por un metrónomo. Entre tac y tac habrán discutido varias uzis. Sólo quedan siete días para su (soñada) jubilación.

Un día más, un crimen más. El veterano recibe, escéptico, al recién llegado, un jovencito que ha pedido el traslado a este infierno. Un poli novato, impetuoso, ambicioso, que ha crecido viendo en la televisión a superpolicías siempre triunfantes. Cree -¡qué incauto!- que con su coraje viril borrará con facilidad el Mal en la Ciudad del Mal.

Éstas son las premisas de partida de Se7en. Rutinarias, ¿no? Pero desde el comienzo hay algo que inquieta sobremanera, que descoloca, que no encaja y chirría de un modo persistente y desagradable. Esos planos de los títulos de crédito del inicio febriles, descoyuntados, deliberadamente deconstruídos, fragmentarios, casi subliminales, sacudidos por la maquinaria depresiva del Closer de Nine Inch Nails. La escena del crimen del primer pecado, un ambiente ciego, sórdido, oscuro como un pozo negro. Los halos de las linternas cortando la espesa y enrarecida atmósfera. La cabeza de una masa de carne con forma vagamente humana hundida en un plato de spaghetti. A estas alturas del film, las seguidoras de Brad Pitt tosen nerviosas y se preguntan por qué eligieron esta película. Los avezados cinéfilos enarcan la ceja y piensan, mortalmente aburridos, que están ante otro seguidor del tarantinismo. No. Se7en es un zeitgeist abrupto y descarnado. Y en Se7en la violencia no es explícita, no se muestra abiertamente. Las atrocidades se sugieren para que, plegadas, se incrusten en el lado oscuro del cerebro.

Un iluminado ejecuta brutalmente a sujetos que son caricaturas unidimensionales, esclavos de una de las debilidades condenadas como uno de los siete pecados capitales. El serial killer sermonea al Mundo Contemporáneo. Nos sermonea a todos. Todos pecamos. En cada esquina se viola el Sagrado Código. Nadie es inocente, luego todos somos inocentes. Él no acepta este sofisma. Y nos advierte de ello, no con una amable palmadita, sino con un mazazo en el plexo solar. Ya no es suficiente obtener los famosos cinco minutos de gloria. Ahora hay que abrirse paso hacia ellos con un bate de béisbol.

John Doe (el reverso oscuro del personaje de Capra) es un ángel vengador culto, inteligente, tenaz, paciente, creativo, minucioso. Recuerda vagamente al buen doctor Lester. Esa distancia irónica, lúcida. Ese gusto por las cosas bien hechas. En un momento llega a confesar que "qué hay de malo en que un hombre disfrute con su trabajo". Ahora bien, Doe es un artista atormentado, no un hedonista, un bon vivant como el psiquiatra de Baltimore. Doe ha sido elegido para cumplir una misión.

Doe, el ajedrecista calculador, controla la partida desde su apertura. No tiene prisa en ejecutar al rey rival. Su jaque mate ha de ser (y es) sorpresivo, brutal, aniquilador.

La joven esposa de un policía. Un peón desvalido en la Gran Ciudad del Mal (la reencarnación de la Poisonville de Hammett). Una humilde pieza recién llegada al tablero, pero que Doe asciende al rol de Reina Blanca en su trágica partida. Atemorizada, insegura en su nuevo hogar. Sola. Ni siquiera puede apoyarse en su inconsciente e inmaduro esposo, el serpico de los 90, que juega a emular a los héroes de su adolescencia. La joven busca ayuda, consejo, seguridad en un desconocido, el veterano policía, que, desgraciadamente, tiene pocas respuestas. Quizás sean las suficientes. Lástima que en el mundo real los guionistas no nos coloquen ante un individuo tan juicioso y experto.

Un escenario abierto y luminoso para el desenlace de una historia claustrofóbica, oscura, lóbrega. Khondji, que ya había demostrado su sapiencia y acierto en retratar mundos concéntricos y tenebrosos, fotografía esa llanura ilimitada y calurosa con la fuerza expresiva de los desiertos del western. En ese páramo no hay escapatoria para ninguno de los presentes, como no la había para Grant en North by Northwest. Doe escenifica su truco final arremangado, sin tretas baratas, a pleno sol y sin escondrijos. De una caja, que ni siquiera toca, saldrá su penúltimo conejo. Y, finalmente, su palabra, como un escalpelo, para manipular y encantar a su última víctima.

Gula, avaricia, pereza, lujuria, soberbia, envidia, ira. Siete pequeños pecados capitales en un mundo donde el horror se manifiesta expresiva y contundentemente de innumerables maneras las veinticuatro horas del día. Un mundo que genera sociópatas, no psicópatas.

¿Hay alguién que suscriba las dos partes de la cita que cierra el film?, "este mundo es un buen sitio, por el que merece la pena luchar". ¡Qué irónico! Las palabras de Hemingway, un suicida.

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19 de octubre de 2007

Un ladrón en la alcoba

Trouble in Paradise / Un ladrón en la alcoba

Lily Vaultier: Cariño, recuerda, eres Gastón Monescu. Eres un ladrón. Te deseo como ladrón. Te amo como ladrón. Te adoro como ladrón. Roba, tima, estafa. Pero no te conviertas en uno de esos inútiles buenos-para-nada gigolós.

Periodista: De Ginebra llega la noticia de que el famoso ladrón internacional, Gastón Monescu, robó ayer en la Conferencia de Paz. Se llevó prácticamente todo, excepto la paz.

Lily Vaultier: ¿Te acuerdas del día que robaste aquel jarrón chino del Palacio Real? Lo convertiste en una lámpara para mi mesilla de noche.
Gastón Monescu: Recuerdo la lámpara, recuerdo la mesilla de noche... y recuerdo la noche.

Un ladrón en la alcoba ( Trouble in Paradise ) (1932, Paramount, Ernst Lubitsch)


La suprema comedia de tocador: Venecia, París, lujo, sofisticación, seducción elegante. Luz como una pluma. El sexo y el robo como juegos elevados para espíritus exquisitos. Dos granujas de guante blanco enamorados y enfrentados por su oficio. ¡Cuidado, marquesa! Puede que le roben hasta la ropa interior.

Trouble in Paradise / Un ladrón en la alcoba

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27 de septiembre de 2007

5 Fingers

5 Fingers 5 Fingers

Diello: I'm a spy, obviously.

Ankara, en plena Segunda Guerra Mundial. Turquia se mantiene neutral en el conflicto pero la ciudad es un hervidero de intrigas, espionaje y contraespionaje de las naciones beligerantes. El ayuda de cámara del embajador británico, un hierático, oscuro y eficiente individuo de origen albanés, fotografía documentos secretos y los vende a los alemanes por enormes sumas de dinero. Sin sentimientos, sin ideologías. Simplemente por seguir un plan personal: ser rico y permitirse los lujos y el estilo de vida que anhela. Se ha preparado toda su vida para este momento y ha llegado. No lo va a desperdiciar. Y, claro, también hay una mujer...

5 Fingers

Éstos son los ingredientes de 5 Fingers ( en España Operación Cicerón ), un excelente film de 1952. Hacía mucho tiempo que la había visto y hace unos días la revisé. Han pasado más de cincuenta años desde su estreno y se mantiene fresca, vigorosa. Un inteligentísimo ejercicio de elegancia y contención. No hay disparos, ni grandes persecuciones, ni acción trepidante. Sólo un gran guión, un gran director y un actor portentoso.

La construcción del personaje de Mason en el film debería ser de obligado estudio en cualquier taller o escuela de interpretación. Es de una elegancia y una sutileza muy poco comunes. Un tipo frío y calculador que las raras veces que expresa sus ocultos sentimientos lo hace con una sutil, pero elocuente expresión. Qué grande era Mason.

5 Fingers

5 Fingers es una película de espías atípica, pero a pesar de ello, uno de los grandes títulos del género.

Por cierto ¿a alguien le importa que la historia se base en hechos reales y que se rodara en plena caza de brujas?

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22 de septiembre de 2007

¡¡¡Marte Ataca!!! ¡¡A colores!!

Mars Attacks! Mars Attacks!

Mars Attacks! Mars Attacks!

Los cromos que sirvieron de inspiración y punto de partida del (magnífico) film de Tim Burton. Vealos aquí.

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21 de septiembre de 2007

¿Papá, por qué ya no ponen el cartel de 'Fin' en las películas?

The The End Flick Pool The The End Flick Pool

Porque hemos perdido por completo el sentido del humor, el buen gusto y la decencia... Este grupo de flickr intenta suplir estas carencias con excelentes ejemplos de cómo se finalizaba un film con clase, geometría y teología.

The The End Flick Pool The The End Flick Pool

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19 de septiembre de 2007

Calibres, pesos y medidas en el alegre Oriente

Asiáticas con armas Asiáticas con armas

Asiáticas con armas Asiáticas con armas

Estoy enfermo. Las asíáticas con armas me ponen. Cada vez más.

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16 de septiembre de 2007

11 de septiembre de 2007

Las películas de Rohmer no tienen de eso

Lobby cards Lobby cards

Lobby cards Lobby cards

Las lobby cards, toda una institución de la promoción cinematográfica. Nacieron cuando se abrieron las primeras salas y dejaron de ser utilizadas con la llegada al poder de los centros comerciales y sus malditos multicines.

En esta web encontrarán decenas de ellas, (bien) clasificadas según distintos criterios.

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9 de septiembre de 2007

Hooray for Hollywood


Hooray for Hollywood

Un número clásico, irrepetible, imaginado por el gran Busby Berkeley para el olvidado musical de 1937 Hollywood Hotel. Cine sobre el cine. Delicious.

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22 de agosto de 2007

¡¡¡¡Gran Estreno!!!!

Carteles de cine

Carteles de cine

Carteles de cine Carteles de cine

Una pequeña, pero selecta y variada, colección de carteles de cine. A colores.

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20 de agosto de 2007

No se dejen embaucar por ciertos cantos de sirena. Como en casa, en ningún sitio.

Aunque a la vuelta te encuentras los buzones llenos. Algunas agujas en ese inmenso pajar:

31 de julio de 2007

We are the robots

Robby the Robot

Sorry, Miss. I was giving myself an oil job.
(Robby the Robot)

Maria, from Metropolis

La revista Time ha elegido a unos cuantos robots memorables de la historia del cine. No están todos los que son, pero sí son todos los que están. O eso creo.

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29 de julio de 2007

Yo nunca bebo... rioja

Hammer Films

Hammer Films

La Hammer. Siempre la Hammer.

Más imágenes

Hammer

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