La pulsera
Un agente de seguros llega a una mansión de la zona adinerada de la ciudad. Un cliente de su compañía debe renovar el seguro de un par de automóviles. No está, pero sí su esposa, que le recibe.
Ella es una mantis religiosa rubia con una pulsera en el tobillo. No tarda en empezar a urdir un plan.
El tipo de los seguros lo sabe, y también sabe que si la sigue va a arder en los fuegos del infierno. Le da igual. La pieza merece la pena.
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