23 de enero de 2006

Primera Batería de Mandamientos del Perfecto Animal Social de Principios del Siglo XXI

Vivimos tiempos convulsos, de cambios incesantes y vértigo en viviendas de 20 metros cuadrados. Tanta mudanza no ha sido correspondida por una necesaria, en mi opinión, adecuación de las normas de etiqueta y comportamiento social, que siguen lastimosamente ancladas en el siglo XX (cuando no en el XIX). Así pues, he decidido acabar con el caos y la confusión actuales, abanderando un movimiento de aggiornamento de nuestros hábitos y respuestas de cortesía. Sé que, a no mucho tardar, miles se alinearán tras mi propuesta. Que así sea. A continuación, grabo a fuego la Primera Batería de Mandamientos del Perfecto Animal Social de Principios del Siglo XXI.

  • No sea usted ambiguo. Si tiene interés sexual por la persona que le acompaña en una cita, muéstreselo de modo inequívoco con un gesto o acción que no admita una ulterior lectura. Un buen ejemplo sería arrojarse en una superficie lisa -y a ser posible limpia-, empezar a desnudarse e invitar al otro a sumarse a la operación. Si hay complicidad, consumen su ayuntamiento en ese mismo instante. Que no les intimide o inhiba el hecho de que todo esto pueda acaecer en un lugar público y/o populoso. Los demás probablemente les ignoren, les aplaudan, o incluso se sumen a la actividad. Hay mucha tensión que descargar. Un único consejo, si se da la coincidencia de que el coito se realiza en un establecimiento hostelero perteneciente a una gran franquicia comercial, procuren despejar al área de juego de los 43.200 objetos que suele haber, para evitar roturas innecesarias o contactos dolorosos.

  • Evite discusiones estériles y debates agrios llevando en su dispositivo electrónico portátil de reproducción musical obras seleccionadas de Luigi Nono, Luciano Berio y Karlheinz Stockhausen. Nadie le preguntará por segunda vez qué está escuchando. Aunque la Tetralogía del Anillo sea para usted tentadora, no la utilice, siempre puede encontrar a alguien que quiera opinar sobre ella.

  • Si en una reunión social se está hablando de personajes famosos, o héroes televisivos y usted no tiene ni la más remota idea de quiénes son, y un contertulio le interpela o pide su opinión, no se amilane: ría ostentosa y diabólicamente y utilice expresiones del tipo No, no lo he visto. Es los que ELLOS están esperando, Ya están aquí, son ELLOS, o Yo tenía una granja en África. El desconcierto inicial servirá para que usted reconduzca la conversación a terrenos más familiares.

  • Sea usted un pionero y cuando vaya al cine pida una pizza a un servicio de reparto a domicilio y haga que se la entreguen durante la proyección. En resumidas cuentas, el resto de espectadores ya va a estos lugares de ocio sólo a engullir, sorber y hablar, por lo que usted no es más que un sibarita adelantado a su tiempo. Si vive en una gran ciudad, puede sustituir la pizza por otro plato o especialidad de su gusto. En este sentido, la comida japonesa se adapta bien, por su pequeño formato. Aunque pueda apetecerles, no lo intenten con una paella, ya que a partir de dos comensales/espectadores la paellera se convierte en un fastidio difícilmente manejable, que arruina el disfrute del punto de cocción del arroz.

  • Puesto que todos tenemos que pasar por ello, ¿por qué no hacerlo de un modo lúdico y creativo? Cuando le inviten a una de esas bodas de las que no se puede zafar, en cuanto llegue al lugar donde se realice el ágape elija el invitado más inadecuado (en este sentido los padres y/o madres de los contrayente son los más indicados) y complete a plena satisfacción un contacto carnal completo con él in situ. Esto, además de relajar el ambiente y amenizar esos tediosos momentos que separan el cóctel de mariscos de la pierna de cordero, servirá para que las rencillas familiares y/o enemistades personales mutuas de los invitados pasen a un muy secundario segundo plano. Si la celebración consiste en un cóctel sin comida servida en mesa, se considera correcto hasta un máximo de tres cópulas con diferentes personas, siempre que se respete el criterio de inadecuación del individuo elegido. No lo haga con el/la tío/a bueno/a recién separado/a porque, amén de ser un acto previsible que tarde o temprano va a suceder, no tiene el menor efecto terapéutico para el grupo.

  • Si es usted mileurista y/o su contrato laboral es de muy corta duración temporal no sólo es lícito, sino que es saludable y entendible que acuda diariamente a su centro de trabajo con un ejemplar del semanario Alba y del diario deportivo Marca y torture a sus compañeros y superiores con los últimos fichajes de la Conferencia Episcopal, y los continuos desmanes del presidente del Barça en su lucha por arrebatar al Real Madrid todos sus trofeos e inscribirse en la Liga Andorrana de Fútbol.

  • No sea usted cool. Lo cool está pasado de moda. Recupere esas camisetas negras de algodón con motivos de Def Leppard o Iron Maiden, vuelva a instalar el Windows 95, tire el iPod y vaya siempre con uno de esos gigantescos radiocassettes de los 70 y 80 que pesaban 220 kilos, mande cadenas a toda su libreta de direcciones, deje crecer su cabello hasta que adquiera la textura y el aspecto del pelo de jabalí, veranee en agosto en Benidorm en un hostal de una estrella y llévese de allí hasta el crucifijo de encima de la cama, tapice su coche con una imitación de piel de tigre o leopardo, deje de ver películas libanesas y coreanas, etc, etc. En caso de que invite a unos amigos a una soireé en su casa, sirva pepinillos y banderillas en vinagre, y torreznos, acompañados de tang (o sucedáneos) a discreción. Si es usted un varón, los hombres de verdad se afeitan en seco con un cuchillo de caza, y si es mujer la depilación es opcional, incluida la íntima.

  • Quedan abolidas como prácticas sociales admisibles el gafapastismo, el esquí, y el método pilates de polideportivo municipal. La metrosexualidad sólo será tolerada si se realiza o sustenta en productos comprados en una gran superficie o en la teletienda. Únicamente se le permitirá fumar en el caso de que haya suscrito un Plan de Pensiones .

Esto es sólo el principio. A medida que la sociedad vaya adoptando estas sanas prácticas habrá que ir regulando más y más aspectos y cuestiones. El camino de los pioneros y los visionarios es duro, muy duro.

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