Sincerely Diana
La huella que dejó en el jazz Art Blakey [web oficial] es enorme e imperecedera. Como intérprete y renovador del lenguaje de la batería, y como impulsor de sus Jazz Messengers, una de las agrupaciones más importantes del género, punto de partida para varias generaciones de intérpretes.
Desde el principio, el planteamiento de Blakey fue el de integrar músicos muy jóvenes y talentosos, a modo de bautizo profesional. La consecuencia lógica de esto es que cuando el intérprete madurara, inevitablemente dejaría la agrupación en busca de su propia voz. Pero eso nunca le importó a Blakey. Es la ley del jazz (y de la vida).
En sus más de treinta años de existencia desfiló por los Messengers la crema y nata del jazz. Aunque la propuesta tuvo sus altibajos, siempre se mantuvo en activo, viva y con unos elevados estándares de calidad.
De sus muchas formaciones, una de las más celebradas fue el quinteto de 1959 a 1961, integrado por Wayne Shorter, Lee Morgan, Bobby Timmons, Jymie Merritt y, claro, el propio Blakey. Este núcleo grabó un buen puñado de discos clásicos. De entre ellos el majestuoso A Night in Tunisia, de 1960. Les dejo con el tema proviniente de este trabajo, compuesto por Shorter y que es una inyección de vitaminas bop.
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