Chicas y Dinosaurios
Una combinación fascinante y letal. En Hace un millón de años (1966, Michael Carreras), Cuando los dinosaurios dominaban la Tierra (1970, Val Guest), y Creatures the World Forgot (Don Chafey, 1971) la productora británica Hammer dio en el clavo rotundamente.
¿Qué es eso del rigor científico-histórico? ¡Al diablo con la Paleontología! Los adolescentes querían diversión, no rollos del Cretácico. Conjugar nuevamente el Mito de la Bella y la Bestia.
Las Bellas de estas tres cintas (Raquel Welch, Victoria Vetri y Julie Ege, respectivamente) eran modelos exuberantes, neumáticas, poderosas y rubias, chicas de póster central del Playboy o del Penthouse (de hecho las tres actrices, en un momento u otro, posaron para estas revistas), perfectamente maquilladas, como si fueran a dar una vuelta turística por los alrededores, y con los argumentos casi siempre a punto de desbordarse de la parte superior de sus bikinis de diseño sesentero, pero confeccionados en genuina piel prehistórica. Las Bestias, toda una colección de eficaces monstruos de goma antediluvianos, tan grandes como estúpidos y divertidos (cortesía del gran Ray Harryhausen). Triceratops, pterodáctilos, tiranosaurios, ¡hasta cangrejos!
Si estos dos ingredientes fundamentales los aderezamos con escenas playeras, rituales vesánicos con hipnóticos tambores, unos chicos-de-la-película debiluchos y muy por debajo de sus compañeras femeninas, unas cuantas carreras y sustos, un protolenguaje onomatopéyico tronchante, alguna catástrofe natural de magnitud nueve y una puesta en escena decididamente cutre y astrosa obtenemos un resultado final sabroso y picante. Spielberg con decenas de millones de dólares más, con toda la parafernalia digital, con escrupuloso rigor genético consigue un producto de entretenimiento insípido y muy inferior. Y - signo de los tiempos - sus protagonistas son un anciano venerable y algo atorrante, científicos responsable y circunspectos y la única chica va muy tapada y es algo escuálida (la por otra parte apetecible Laura Dern. No olvidemos Corazón Salvaje (1990, David Lynch).
¡Si hasta hay un obeso informático y dos niños repelentes! Definitivamente, no. Ya no hay sexo para todos los públicos. Créanme. Lo que funciona es sexo + dinosaurios.
Akita, nikro.
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