Julie Ege
Esta relajada señorita con tanta pinta de austrohúngara en realidad es noruega, se llama Julie Ege, fue miss de su país y chica Penthouse. Como otras jovencitas decididas y ambiciosas marchó a Inglaterra como au pair para perfeccionar su inglés. No pasó desapercibida en las Islas, ya que en 1969 fue chica Bond en la injustamente infravalorada Al servicio secreto de Su Majestad.
La productora cinematográfica Hammer, con ese fino olfato para detectar el talento fresco (especialmente el pectoral/carnal) que la caracterizaba, la elige para protagonizar dos films inolvidables: la película final de la Trilogía Mítica, Creatures the World Forgot, y aquella atrevida y psicotrónica mezcla de karates de Hong-Kong y dráculas orientales tardíos que ningún amante del buen cine de género puede obviar, Kung-Fu contra los siete vampiros de oro. En ambos títulos, Ege muestra generosa y espléndidamente sus más que sobresalientes atributos. El resto de su filmografía no es, desgraciadamente, tan memorable.
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