8 de septiembre de 2005

Calanda y el dry martini

el maestro

Luis Buñuel, además de dirigir algunos de los films más subversivos e irreverentes de la historia del cine, fue un auténtico bon vivant. Y, como es inevitable en un individuo de estas características, un avezado desgustador de martinis. Y, obviamente, tenía su propia receta:

"Básicamente se compone de gin y unas gotas de vermouth, preferentemente Noilly-Prat. Permítaseme dar mi fórmula personal, fruto de larga experiencia, con la que siempre obtengo un éxito bastante halagüeño. Pongo en el refrigerador todo lo necesario, copas, ginebra y coctelera, la víspera del día en que espero invitados. Tengo un termómetro que me permite comprobar que el hielo está a unos veinte grados bajo cero. Al día siguiente, cuando llegan los amigos saco todo lo que necesito. Primeramente, sobre el hielo bien duro echo unas gotas de vermouth y media cucharadita de angostura, lo agito bien y tiro el líquido, conservando únicamente el hielo que ha quedado, levemente perfumado por los dos ingredientes. Sobre ese hielo vierto el gin puro, agito y sirvo. Esto es todo, y resulta insuperable".

Como se puede comprobar, esta fórmula alquímica difiere notablemente del estándar, pero es coherente con la personalidad de este aragonés sabio y nada convencional.

Vía: Directo al paladar

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