16 de abril de 2006

The Brady Bunch


Un arquitecto viudo y con tres hijos varones conoce a una mujer (no se sabe si viuda o divorciada) con tres hijas. Se casan y (todos) viven felices en una bonita casa de un suburbio de clase media de cualquier soleada ciudad californiana. Y, naturalmente, hay una criada sabia y respondona, entrometida y chistosa, a la que todos adoran y piden consejo. Tópico, ¿verdad?

The Brady Bunch (en España La tribu de los Brady) es, probablemente, una de las series más empalagosas, moralizantes y ñoñas jamás concebida. Y no fue flor de un momento, ya que se emitió entre 1969 y 1974. Eso son muchos episodios.

La familia Bunch

Seis hijos adolescentes y pre-adolescentes de dos procedencias distintas bajo un mismo techo dan mucho juego. Hormonas circulando, envidias, celos, colegios, amigos/as, primeros/as novios/as. Etc, etc. Afortunadamente, se vivía en el mejor de los mundos posibles, por lo que todo se resolvía con un poco de amor, comprensión, padres moderadamente modernos y flexibles, y muchas sonrisas.

Ahora bien, es un magnífico material para hacer análisis sociológicos de un tiempo y una sociedad. E incluso para aprender interiorismo. Esa casa excesiva y sobredecorada, que obviamente, evoluciona y cambia con el paso de las temporadas. Esos coches desmedidos, enormes. No olvidemos que la crisis del petróleo aún no ha golpeado con fuerza. Esos cachorros sobrealimentados a base de grasas de cadena larga y carnes rojas. Todos rubios, saludables, guapos/as. Y la que más, la insoportable hija mayor, Marcia.

La familia Bunch algunos años después

No pierdan detalle de la imagen anterior y esa estética atroz deliciosamente 70's.

La serie tuvo éxito y repercusión. Buena prueba de ello son dos cuestiones. La primera, que no es difícil encontrar en la Red bastantes webs llenas de curiosidades y detalles sobre ella. Incluso de sonidos. La otra cuestión es la prueba infalible, ya que el programa generó secuelas, spin-offs, merchandising... Y la inevitable película-revival, en tono paródico, eso sí.

Otro de los derivados fue que los encantadores niños Brady grabaron varios discos. He aquí una prueba de ello.

The Brady Bunch

Brady Bunch Kids - Candy (Sugar Shoppe)


A pesar de todo, creo que, si la revisáramos hoy con cierto espíritu didáctico y la necesaria distancia irónica, podríamos disfrutar de grandes momentos. Al fin y al cabo es pop de consumo. Son nuestros restos civilizatorios. Y, además, nunca olviden que siempre puede ser peor. Después ha habido tribus peores. Mucho peores.

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