Un mito para gobernarlos a todos
Cuántas virginidades perdidas en sus asientos, cuántos litros de sudor derramados dentro de él, cuántos miles de kilómetros cargado hasta el límite físico del espacio-tiempo rumbo a Benidorm... El 124 era mucho más que un coche, mucho más que 60 caballos. Era una Weltanschauung.
Disclaimer: Aprendí a conducir en uno de ellos.
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