Cuestiones eminentemente genitales

pollas rumanas

Aunque no soy, desde luego, un experto en la materia, por el enunciado de la sentencia deduzco que los apéndices de esa nacionalidad se distinguen por unas características privativas que los hacen especialmente novedosos, atractivos y estimulantes. Dado que, como casi todos los de su especie, no se los se suele encontrar triscando en libertad, sino que viven en un régimen de cautividad más o menos estricto, yo acudiría a las fuentes, es decir, me dirigiría con energía y decisión a aquellos varones de tan noble origen balcánico significativamente robustos y saludables y les propondría los acuerdos que sean pertinentes a la materia en cuestión.

mi polla

Si la frase se circunscribe al anónimo interlocutor que posee con pleno derecho el susodicho órgano, poco puedo añadir al respecto. Tan sólo desearles una próspera y feliz vida en común. Si, por el contrario, alude al miembro del que suscribe estas palabras creo que puedo afirmar sin temor a equivocación que si se le interrogara al respecto se quejaría de una vida de casi total reclusión. Que debido a la negligente actitud de su propietario está condenado a un ostracismo inactivo, injusto y arbitrario, y que qué ha hecho él para merecer esto. Paparruchas, créanme. Infundios de un órgano enfermo, pequeñoburgués y decadente.

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Quiero entender que con tan rotunda afirmación se alude, metafóricamente, a ciertas cualidades operativas del órgano genital masculino, y no a la literalidad de querer contemplarlo abriendo boquetes en superficies más o menos tenaces. Si optamos por la poética metáfora, es decir, por aquellos miembros de dimensiones superiores a la media ponderada que se abren paso con vehemencia por todo tipo de orificios, cavidades y tegumentos animales que se encuentren en su radio de acción debería responder al anónimo comunicante que éste no es el sitio adecuado para satisfacer su sana curiosidad. No disfruto especialmente con la contemplación de penes colosales percutiendo sin descanso, con la única excepción del mío propio en plenas operaciones que, aunque muy lejos de poder ser etiquetado como grande, sí disfruta perforando todo aquello que se le permite. Así pues, querido/a amigo/a, acuda a esas webs que lucen con orgullo individuos de color (negro) en su esplendor de decenas de centímetros en tensión. Si son rumanos, mejor.

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