23 de octubre de 2005

El saber no ocupa lugar

Está mal que lo diga, chicos, pero no me puedo quejar. Me va muy bien en mi trabajo. Yo lo achaco a que soy una tía con estudios. Porque, aunque no os lo creáis, yo tengo mi COU aprobado. Lo que pasa es que por cosas de la vida me metí en esto... Pero ahora no quiero hablar de ello. En fin, que no soy una palurda que no sabe nada del mundo. Yo creo que esto le gusta a los tíos, porque es lo que digo yo, que todas sabemos joder como perras, pero los tíos notan cuando hay nivel. Y lo agradecen, porque pueden hablar de cosas de su trabajo y ver que tengo interés, porque me entero de lo que dicen. Bueno, no siempre, pero cuando no me entero pongo cara así de estar muy concentrada, como hacen las entrevistadoras de televisión para que parezca que le importan las cosas que le está diciendo el tío al que están entrevistando.

Yésica, una compañera del gremio muy buena y que tiene buen corazón, pero que es un poco pécora, dice que el secreto de mi éxito en el trabajo es que tengo un buen par de melones. No quiero engañaros, un buen par de tetas sí que tengo, gracias a Dios. Y cienc por cien naturales. Yo no me he operado, no como otras que yo me sé... ¿Por dónde iba? ¡Ah, sí! Que Yésica no tiene razón, porque conozco a bastantes fulanas que se han operado las tetas y no les va tan bien como a mí.

Sé lo que estáis pensando, que los tíos cuando van de putas están muy salidos, y sólo se fijan en lo que se fijan. Y no os falta razón. Pero con la experiencia que dan los años de carrera, y no os miento, tener un buen mostrador no hace daño, pero tampoco tener unos estudios y una conversación, o leer todos los días el 20 Minutos. Porque lo que a los señores-señores les gusta de verdad es gastarse el dinero con fundamento.

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