26 de octubre de 2005

Ramón el informático

Ahora que ya sabéis que soy una chica con estudios y con recursos, seguro que os intriga saber cómo me metí en esto de los ordenadores. Yo, chicos, la verdad cada día estoy más contenta de haber aprendido a usarlos. Como mayormente trabajo en casa, entre servicio y servicio siempre hay ratos muertos. Pues, ¡hala! enchufo el ordenador, visito mis páginas favoritas, o escucho un disco de Ana Belén (me chifla Ana Belén), o me bajo unos emepetreses. En la tele ponen anuncios que dicen que soy una pirata mala por bajarme cosas de la Internet. Yo creo que los ponen para asustar, porque le pregunté a un cliente mío muy bueno, que es teniente de la Guardia Civil, y me dijo que no hiciera mucho caso, que todo eso es propaganda y que el Cuerpo tiene cosas mejores que hacer que preocuparse de todo eso. Más vale que persiguieran a todos esos juankers que hacen los virus y nos infectan. Y eso que yo soy muy cuidadosa con mis cosas. En mi casa nunca faltan los condones buenos y el mejor antivirus para la computadora.

Pues eso, que aprendí a usar estos bichos gracias a otro cliente, Ramón, que es informático. Pero no de los informáticos que hacen los ordenadores, no. Él hace programas. Yo le tengo mucho apego al chico, porque es muy cariñoso. Follar, folla fatal el pobre. Pero pone tanto interés y tanta voluntad que me da apuro decirle algo. Pero en todo lo que sea de ordenadores es un maestro. Hasta me regala retratos sacados con la impresora hechos con signos extraños, así posando desnuda, como una chica de revista de tías en pelotas.

Ramón tuvo mucha paciencia para enseñarme a usar el Windows, y la Internet, y los mails, y el Microsoft Word. Al principio me costó mucho, porque es lo que le decía yo a Ramón, "Ramón, no es que sea tonta, es que me falta base". Venía casi todos los días con su portátil, me echaba un polvo rapidito, y se ponía a darme clases después. El asunto nos salía redondo a los dos: él se corría de gratis, yo aprendía informática y tan amigos. Como un pacto entre caballeros.

Cuando me solté un poco, me compré el ordenador, que me lo sacó mi cuñado muy barato, que trabaja en el Eroski. Y, claro, tuve que decirle a Ramón que si venía a follarme que ya le tenía que cobrar, porque, soy una profesional y no me gusta mezclar la amistad y el trabajo. Él lo entendió, perfectamente y me dijo que sin problemas. Y desde entonces si tengo alguna duda me ayuda en plan amigo. Claro, que yo no soy una egoísta, y le dejo a veces que me eche algún polvo de más por la misma tarifa. Porque es lo que digo yo, hoy por ti y mañana por mí.

Lo último que me enseñó Ramón es todo esto de los blogs, y escribir en los CMS's y todo esto. La web esta en la que colaboro no me gusta mucho como está. Ramón se ha tenido que ir a Londres un mes a terminar un proyecto de los suyos, y no le dio tiempo a explicarme no sé qué de los css y los xhtml, a ver si se lo explico al pez este que lleva el blog y aprende un poco, qué falta le hace.

Ahora que me he acordado de él, echo un poco de menos al Ramón. Siempre que me va a venir la regla me pongo así, un poco mohína.

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