2 de septiembre de 2006

Al servicio de las damas

Al servicio de las damas Al servicio de las damas

Irene: Tiene usted un maravilloso sentido del humor. Desearía tener sentido del humor, pero nunca puedo pensar en algo divertido que decir hasta que todo el mundo se ha ido a casa.
Godfrey: ¿Cree que puede mantener una conversación inteligente durante un minuto?
Irene: Lo intentaré.
Alexander Bullock: He estado revisando las facturas del mes pasado y he descubierto que me habéis confundido con el Departamento del Tesoro.
Cornelia Bullock: ¡No empieces con eso otra vez, papá!
Alexander Bullock: No me importa dar al gobierno el sesenta por ciento de lo que gano. ¡Pero no puedo hacerlo si mi familia gasta el cincuenta por ciento!
Irene: Bien, entonces, ¿por qué debe recibir más dinero el gobierno que tu familia?
Irene: Estuve en Venecia y una noche di un paseo en uno de esos botes que un hombre empuja con un palo. No un torero. Eso era en España. Pero era algo así como un torero.
Godfrey: ¿Quiere usted decir, quizás, un gondolero?
Irene: ¡Ése era el nombre del bote!
Doncella: Señor Bullock, hay un cochero en la cocina esperando para verle.
Alexander Bullock: ¿Qué quiere?
Doncella: Quiere cincuenta dólares y su caballo.
Alexander Bullock: ¿Qué caballo?
Doncella: El que la señorita Irene montó escaleras arriba anoche.
Alexander Bullock: ¿Dónde está el caballo? ¡No lo he visto!
Doncella: Está en la biblioteca, donde lo dejó la señorita Irene.

Al servicio de las damas ( My Man Godfrey ) ( 1936, Universal, Gregory La Cava )


Una de las escasas incursiones de la Casa de los Monstruos en la comedia. Viendo (y disfrutando) este título se entiende a la perfección la definición de screwball comedy. Una familia rica y lo suficientemente tronada para que sus miembros sean candidatos al psiquiátrico. Un ligero barniz de crítica social (los pobres del vertedero son redimidos gracias a un collar de brillantes perdido por una de las chicas de la familia). Frases y nonsense que no dan un segundo de respiro. William Powell, imperturbable, sobrevive a la vorágine, incluso al alocado enamoramiento de una de las chicas cabeza-de-chorlito de la familia, una genial e irrestiblemente cómica Carole Lombard. ¿Han subido ustedes alguna vez las escaleras de su casa a caballo? Pruébenlo, no se arrepentirán.

Una gran noticia. Este film ha pasado a dominio público y puede ser descargado dentro de la total legalidad. Usen este enlace para ello. Obviamente, sólo está disponible en inglés. Si no desean descargarlo, pueden verlo íntegro usando el reproductor de Google Video que sigue a continuación.


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